sábado, 21 de febrero de 2009

Oci

Después del berrinche que le hice a mi esposo, mi familia y yo adoptamos a ocelote, así lo bautizó el dueño de los papás de oci, un perro xoloitzcuintle que parece más un perrito de la calle que otra cosa, pero muy fino, con pedigree, tatuaje y chip por si se nos pierde. Chuyito no lo quiera.  
Es todo bueno y juguetón, mi casa ya huele a orín de perro, porque él necesita marcar su territorio. Ahora tengo todo el tiempo el trapeador en mis manos. 
Mi hijo se puso celoso en cuanto se dio cuenta de que se quedaría con nosotros, pero lo quiere. Ya quiero que pase el tiempo para poder sacarlo a pasear, pues no tiene todas las vacunas y si lo saco así, se me puede morir, ay, no, no. Bienvenido a la familia!

3 comentarios:

Joselo dijo...

Spray entrenador! What gave me away? me refiero a, la cosa médica.. juar! Saludos.

Joselo dijo...

Juar! acabo de recordar. Comenté acerca de la conversación médica (guiño); asi que por favor, ignora el 70% del comentario anterior. :/

Jorge Pedro dijo...

uaaau, gran noticia. qué padre. felicidades :)